Papa Francisco @Pontifex_es
En cambio, Jesús dice: Padre, perdónalos (Lc 23,34). No reprocha a sus verdugos ni amenaza con castigos en nombre de Dios, sino que reza por los malvados. Clavado en el patíbulo de la humillación, aumenta la intensidad del don, que se convierte en perdón. — PolitiTweet.org